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sábado, 30 de enero de 2021

Pymes: Hablemos de guita.

EL VIL METAL.

Es difícil hablar de dinero.
Tal vez porque en nuestra generación estaba mal visto, y era un factor de incomodidad para muchos.
Recuerdo un dicho: "En la mesa no se habla de plata". El dinero era un tema de discordia.
Otro: "Nunca hagas negocios con la familia". Generaba desunión.
Hoy en día está más aceptada la idea sobre capacitarse en Finanzas Personales, manejo de dinero, inversiones, etc. 
El concepto de "la carrera de la rata" de Robert Kiyosaki ayudó mucho en eso.
Y es sabido que para ganar dinero, el primer "músculo" que hay que ejercitar es el cerebro.
(en realidad el cerebro es un órgano, no un músculo, pero al igual que los músculos, si no se usa, se atrofia). 

SI NO PENSÁS, TE VA MAL.

Yendo a las Pymes, todas, en mayor o menor medida, han sufrido las consecuencias de la pandemia. No voy a entrar en la discusión sobre cómo se gestionó esta crisis, al menos en Argentina, pero sí a vamos a analizar qué hicimos nosotros, como empresa, para sobrellevar este tema, de mejor (o peor) forma que el promedio del rubro en el que actuamos.
Hago la salvedad de citar el rubro, porque hay algunos que se han visto beneficiados (tecnología, ventas on line, farmacéuticas, alimentación, etc), y otros muy perjudicados, 
independientemente de la gestión interna (teatros, cines, hotelería, líneas aéreas, espectáculos, gimnasios, comercio minorista, etc),  Pura suerte. Cara o cruz.

Ahora, en la gestión interna, hay muchas empresas del mismo rubro, a quienes les fue bien, y a otros muy mal.
¿Cuál fue la diferencia?
Que algunos tienen la sana práctica de repensar periódicamente su organización, y analizar escenarios. Otros no.

EJEMPLOS.

Recordemos el escenario que debieron enfrentar las Pymes (sobre todos las Pymes industriales, rotuladas como "no esenciales") y que debieron detener sus actividades total o parcialmente durante la "cuarentena eterna". Veamos, además, cómo algunos factores de gestión interna agravaron la situación, dejando a las empresas sin flujo de caja, fundamentalmente por 4 razones:

Falta de Ventas.
Falta de Entregas.
Falta de Cobranzas.
Falta de Acción Directiva.

1) Ventas paralizadas. La fuerza de ventas quedó encerrada en sus domicilios. Los clientes también. Imposibilidad de contacto personal.
Condimentos extra: Hace rato que pensamos en tener una organización más digital, pero nunca lo hicimos. Ergo, la base de datos de clientes no está en la nube; está en el disco rígido de una PC en la empresa. No hay archivos ni información compartida ni accesible en forma remota. Los vendedores están conectados 
entre sí solo telefónicamente. 
Nuestra web no tiene capacidad para operar como tienda virtual.
¿Cómo nos pegó?: Ingresos freezados por falta de ventas.

2) Producción detenida. Personal operativo encerrado en sus domicilios.
Condimentos extra: Siempre pensamos en automatizar algunos procesos que nos permitieran agilizar la producción, y contar con componentes semielaborados en stock. Los atrasos habituales no nos dieron tiempo para ocuparnos del tema.

¿Cómo nos pegó?: Ingresos freezados por más tiempo por falta de entregas.

3) Cobranzas congeladas. Idem 1. El personal de Cobranzas y Tesorería está teletrabajando, pero tienen conexión  personal de internet de baja velocidad, y no tienen instalado el acceso remoto al servidor y al sistema de la empresa.
Condimentos extra: Nuevamente haber desaprovechado algunos créditos blandos para mejorar la tecnología en IT nos está pasando factura.
¿Cómo nos pegó?: Ingresos freezados por falta de pagos pendientes.

4) Dirección y Toma de Decisiones afectada. Desde la Dirección nos cuesta dimensionar la crisis. No tenemos acceso a los indicadores operativos ni a los resultados.
Condimentos extra: Nunca pensamos en un espacio entre los socios para decidir. Y menos accediendo a datos e información clave fuera de la empresa.
Hay créditos ATP disponibles para el pago de salarios, pero los documentos que pide el banco están en la empresa.
¿Cómo nos pegó?: Demorando acciones y Agravando la situación financiera.

¿Alguien se siente identificado?

CONCLUSIONES.

Entonces, ¿Porqué les fue mal a estas empresas?

Porque no estaban preparadas para los cambios que explotaron así, de golpe, sin aviso.
Iba a escribir también sin tiempo para prepararse. Pero eso no sería cierto.
Porque tiempo para identificar y preparar la organización para esos cambios, en rigor de verdad, hubo. Los conocíamos de antemano. Pero siempre los fuimos postergando en función de otras urgencias.
Hasta que se convirtieron en urgentes por sí mismos.
Y nos pegaron duro. Y mal.

Lo interesante (y sumamente necesario) es aprender de las lecciones que nos dejó la pandemia (y atenti porque todavía no terminó, y hay que ver cómo se desarrollará la segunda ola en el hemisferio sur).

¿Vas a repensar tu empresa ya mismo, al terminar de leer esta nota, o vas a dejar que la imprevisión te de una cachetada nuevamente?

UNA CUARENTENA MAL GESTIONADA, MATA. 
LA FALTA DE PLANIFICACIÓN, TAMBIÉN.

Hasta la próxima,
Cordialmente,

Federico Mondelo 
Consultor Independiente.
Director de Empresas.